A través de la literatura, pero también del teatro y el cine, las obras de Charles Dickens han servido para alimentar la imaginación de niños y mayores. Él mismo experimentó las penurias y el sufrimiento de una infancia en la que pasó de trabajar en una fábrica a poder ir a la escuela, por lo que sus libros tuvieron éxito entre las clases más humildes. El célebre novelista inglés murió el 9 de junio de 1870.
Las novelas de Charles Dickens gozaron de gran popularidad en vida del autor y aún hoy se siguen editando y adaptando al cine. Es sin duda uno de los autores más conocidos de la literatura universal y el más destacado de la era victoriana. En sus obras destacan las descripciones de gente y lugares, siempre con un toque de humor e ironía que entraña una crítica social.
En Tiempos difíciles se condensan los valores y los ideales de la sociedad victoriana. Novelista burgués, sensible a los cambios sociales que se producen en su entorno, logró conciliar dos mundos: el de la sociedad establecida y el de los descontentos y oprimidos. Tiempos difíciles no es sólo un tratado genuino de la realidad efervescente de la segunda mitad del siglo XIX en Inglaterra: las tensiones liberales provocadas por una huelga en el sector textil. Constituye, además, una crítica al utilitarismo más radical, y, en un plano más secundario y marginal, aborda el tema del matrimonio como reflejo de su infeliz experiencia personal.
Pero si algo caracteriza los libros de Dickens es que en ellos hay siempre un destello de esperanza: nunca es tarde para recuperar los principios, igual que lo hace el tacaño señor Scrooge en Canción de Navidad, una parábola que hoy más que nunca merece la pena no olvidar.
Historia de dos ciudades es una de las novelas más conocidas de Dickens. La historia transcurre entre dos ciudades, Londres y París, durante la época de la Revolución Francesa. La indiferencia de Dickens por la política y su desprecio por los políticos alejan la novela de cualquier debate político o filosófico sobre la revolución. Sin embargo, al suprimir dichos debates en torno a los acontecimientos revolucionarios, Dickens otorga a las masas populares francesas un protagonismo, autonomía y actividad histórica que no tuvieron, presentando además la revolución como justo castigo a la aristocracia por los siglos de explotación y maltrato del pueblo.
Grandes Esperanzas fue su penúltima novela, la menos sentimental, la más sutilmente satírica y la que presenta una estructura narrativa más asombrosa. Es, para muchos, su mejor obra.
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