La denominación “Siglo de Oro” se aplica a un periodo de casi doscientos años de producción literaria española. Dejando aparte la problemática de la conceptualización del término, esta “edad de oro” de nuestra literatura atiende a la variedad de registros, diversidad de modelos genéricos y propuestas estéticas desplegadas a lo largo de los siglos XVI y XVII.
Os proponemos algunas lecturas de las obras y autores representativos de este periodo.
Poesía de los siglos XVI y XVII
Esta antología, cuya edición corre a cargo de Pedro Ruiz Pérez, permite al lector hacerse una idea del desarrollo que la poesía española tuvo entre los siglos XVI y XVII, esto es, entre Garcilaso de la Vega y sor Juana Inés de la Cruz. La estructura del estudio conjuga algunas claves del desarrollo de la poesía a lo largo de dos siglos y su articulación en una cronología interna del género, complementando la organización de los textos por autores. Para estos se ha optado por una cierta amplitud, para presentar un panorama suficientemente representativo y útil para la contextualización de los grandes hitos. En conjunto, se ofrece, a la vez, una selección de poemas válidos para una lectura moderna y los elementos para una apreciación filológica de su historia y su significación literaria.
Sor Juana ocupa en el campo de la lírica el lugar más destacado del periodo final del Barroco hispano. Dedicó su vida al estudio, derecho que reivindicó como mujer frente a las persecuciones en que por este motivo se vio envuelta: su verdadera vocación no fue religiosa, sino intelectual. Heredera de una cultura que había llegado a su apogeo supo transmitir lo mejor de las corrientes poéticas de su época: la brillantez culterana de sus versos gongorinos junto al ingenio conceptista de Quevedo y Calderón. Sor Juana encarnó en su siglo la libertad intelectual y una forma extraordinaria de ser mujer.
Fuente Ovejuna, de Lope de Vega
Lope de Vega trazó en esta obra una de sus comedias más complejas. La colectividad, depositaria del derecho de resistencia si la jerarquía pierde su legitimidad, hace uso de ese derecho y restablece el orden. En una primera acción, intrahistórica, el Comendador es tirano y lascivo con sus vasallos; en la segunda acción, histórica, quebranta el orden político inspirando la toma de Ciudad Real en contra del Rey. El autor plantea el tema según las categorías mentales de la época.
Lazarillo de Tormes
En 1554 se publica una novela ciertamente singular. Su título es Lazarillo de Tormes y su autor permanece, hasta hoy, desconocido. Por primera vez, un personaje de baja extracción cuenta su vida en primera persona. No se trata de un adulto, de un caballero, de un príncipe, de un soldado o de un pastor, sino de un muchacho de doce o catorce años que narra su historia desde su niñez y su ardua supervivencia en la dura vida del siglo XVI. Con sentido del humor y mirada satírica, Lázaro nos habla de la realidad de un país poblado de mendigos, de clérigos que no practican la caridad, de hidalgos reacios al trabajo y preocupados sólo por su honra, de bulderos que aprovechan la buena fe de las gentes y de jóvenes cuya máxima aspiración es no pasar hambre.
La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca
La vida es sueño no solo es la obra más popular de Calderón de la Barca, sino también una de las más significativas del movimiento barroco y del teatro español de todos los tiempos. Bajo la historia del desafortunado príncipe Segismundo, reside una obra inmortal que nos habla de temas filosóficos y trascendentales, de la lucha del libre albedrío contra el destino y de la razón contra el instinto. De la fugacidad y futilidad de la vida, del papel que representa el hombre en este mundo ilusorio, perdido entre sombras y sueños.
La Celestina, de Fernando de Rojas
La Celestina constituye todavía para la crítica literaria una obra abierta a problemas sin resolver, objeto de opiniones irreconciliablemente divididas. El modo tradicional de acercamiento a "La Celestina" ha sido generalmente el del estudio de sus personajes. Esta nueva edición pretende ahondar en cuestiones más espinosas y poco seriamente consideradas, como son el autor, la intención y el género, haciendo hincapié en ese indudable lado cómico de la obra, frecuentemente olvidado por la crítica moderna, que ha preferido dar más importancia a su aspecto trágico.
Libro de la vida, de Santa Teresa de Jesús
El Libro de la vida de Teresa de Ávila tiene una importancia primordial en la literatura española del siglo XVI, pues en él se combinan la autobiografía de la santa y el itinerario espiritual de su vida religiosa. Dar plasticidad e imágenes en estilo llano castellano a sus experiencias místicas personales constituyó en su tiempo un empeño lingüístico y literario fuera de lo común. La obra culmen de una mujer que fue capaz de aunar una religiosidad íntima y exaltada, llena de libertad e imaginación, con un espíritu práctico que la llevó a ser artífice de una amplia reforma en la manera de concebir la vida conventual.
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